Al llegar nos centraremos en el momento, cantando el mantra Om para conectar con nosotras y con el/la bebé y dejar el mundo detrás de los ventanales de Mamayoga. También nos recordaremos a nosotras mismas que el bebé estará como tenga que estar, que no le exigiremos (aunque sea sin palabras) que esté en silencio.
En nuestro espacio los bebés no molestan, se pueden expresar con naturalidad y sin juicios. Nosotras como madres les atenderemos, dándoles pecho o biberón cuando lo necesiten, acunándoles, diciéndoles cositas. No tenemos la expectativa de hacer la clase entera, sino que es una hora para cuidarte a la vez que cuidas de tu bebé. Este será el gran objetivo en la clase: que veas que puedes compartir el espacio con tu hijo/a a la vez que cuidas de ti.
Nuestras clases son siempre dinámicas, así que empezaremos con saludos al sol, torsiones, estiramientos para tu espalda, y más. En cada clase haremos hipopresivos, la técnica para la recuperación abdominal y de suelo pélvico tras el parto.
Los últimos 15 minutos de clase, haremos masajes y juegos de yoga para los bebés. A ellos les encanta, les estimula y nos ayuda a hacer vínculo y a despertar esa conexión madre e hijo.
Para acabar, les cantaremos y nos cantaremos “El eterno sol”, utilizando nuestro poder de madres para darles todo nuestro amor y buenos deseos.